Aviso a las telecos: Vodafone deberá pagar a un particular por

Publicado el 28-02-2022      Notícia sobre:

 

"Después de toda la paliza que me han dado, esto es un alivio, la verdad". Miguel Ángel Varela suspira al otro lado del teléfono mientras lee unos párrafos de la sentencia. Se trata de un dictamen emitido hace solo unos días que puede suponer un precedente delicado para las operadoras en España. En él, la magistrada del juzgado de primera instancia número 11 de Zaragoza condena a Vodafone a indemnizar a Varela con 6.000 euros por el "daño producido a su intimidad, tranquilidad y descanso". Varela, igual que miles de españoles, fue bombardeado con cientos de llamadas comerciales de la compañía. Pidió repetidamente que dejaran de molestarle. No sirvió de nada. Más de un año después, la Justicia le ha dado la razón en un caso pionero que puede abrir las puertas a un aluvión de demandas similares.

Miguel Ángel trabaja de reponedor en un supermercado de Zaragoza y su horario va contra corriente. Se levanta a las 5:00 de la mañana, empieza su turno a las 6:00 y regresa a casa sobre las 13:00. "Cuando llego, no me apetece ni comer, primero tengo que descansar, así que me acuesto un rato. Imagina que justo en ese rato no te dejan de llamar. Es lo que me pasaba a mí desde finales de 2019". La demanda y la sentencia posterior detallan cómo teleoperadores de Vodafone y empresas subcontratadas llamaban a Varela de forma continuada para animarle a hacerse cliente. Le contactaban en su móvil, en el fijo de casa y en otra segunda línea móvil que tenía contratada. Lo que empezó como una molestia acabó en "acoso telefónico", según la sentencia.

"Había días que llamaban tres o cuatro veces a todas las líneas, luego paraban al día siguiente, volvían solo con una llamada, pero luego regresaban a las tres o cuatro. Iba por oleadas, pero era constante. Durante los primeros meses de 2020 fue ya escandaloso, no paraban. Les pedí mil veces que me dejaran en paz, que eliminaran mi ficha. Llegué incluso a enviarles por escrito un formulario, con todos mis datos y copia del DNI, pidiendo la retirada de mis datos. No valió de nada", explica Varela. Este zaragozano de 35 años sufre además de cefalea diagnosticada, para la que debe medicarse. "Si me llamaban y me despertaban, no solo me cortaban el sueño, me entraba también un dolor de cabeza bestial. Se lo conté un día a mi médico y no se lo creía. Me preparó toda la documentación acreditativa y me dijo: 'Demándalos".

Consulta la noticia completa aquí: El Confidencial

Fuente: El Confidencial